Grande es la noticia que vamos a dar y es que el pasado domingo la Iglesia y los cristianos estuvimos de celebración y no
lo digo sólo por la festividad de la Virgen de la Cabeza (de la cual hablaremos
en una próxima entrada) sino por la CANONIZACIÓN DE LOS BEATOS JUAN PABLO II Y
JUAN XXIII, a dicho acto acudieron unos 800.000
fieles —según las cifras oficiales de El Vaticano— que se
congregaron en la Plaza de San Pedro y en las calles adyacentes y así poder
disfrutar de dicho acto.
A continuación les dejamos una breve crónica de cómo se desarrolló la
ceremonia.
Los beatos San Juan XXIII y San Juan Pablo II están
ya inscritos en el Libro de los Santos. El Papa Francisco ha presidido la ceremonia de canonización de dos de sus
predecesores, solemne pero también emotiva, que ha dejado algunos
momentos para el recuerdo.
Momentos antes de que se iniciara la ceremonia, el
papa emérito Benedicto XVI aparecía en la Plaza de San Pedro del Vaticano,
donde fue recibido con una gran ovación por
parte de los miles de peregrinos que ocupaban la plaza y las calles adyacentes.
Cuando el Papa Francisco hacía
también su entrada en la Plaza, se acercó a él para fundirse en un cariñoso abrazo con el Papa
emérito antes de comenzar el rito.
El momento más esperado fue
cuando el Papa Francisco proclamó santos a sus dos grandes predecesores del
siglo XX, que ahora se llaman San Juan Pablo II y San Juan XXIII.
Eran las 10.15 de la mañana del Domingo de la Divina Misericordia, que será recordado como el «Día de los cuatro
Papas» y se producía el momento culminante en la solemne
declaración papal, pronunciada en latín: «En honor de la Santísima Trinidad (…)
con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los santos Apóstoles Pedro y Pablo,
y la nuestra (…) declaramos y definimos santos a los beatos Juan XXIII y Juan
Pablo II…».
Las reliquias de los papas recién
proclamados santos Juan Pablo II y Juan XXIII fueron colocadas junto al altar
mayor del atrio de la Plaza de San Pedro. El momento de la entrega de los relicarios, justo después de que el papa Francisco proclamase santos a ambos
pontífices, fue también especialmente emotivo.
Posteriormente, la Homilía que el Papa Francisco dedicó a los dos nuevos santos —San
Juan XXIII, «el Papa de la docilidad al Espíritu Santo», y San Juan Pablo II,
«el Papa de la familia»— fue corta pero contundente, marcada por una clara mirada al futuro de la Iglesia. Precisamente,
Francisco aseguró que «son los Santos quienes hacen crecer la Iglesia».
Al finalizar la ceremonia saludó
uno a uno a los representantes de cada delegación, apretándoles las manos. Especialmente emotivo fue el saludo a los Reyes de España, con
quienes se reunirá en audiencia por primera vez.
Y así concluyó este grandioso día que Dios nos regaló y del que tan felices
nos encontramos al estar reconocidos dos grandes santos más en el Reino de
Dios.
Nota: la hoja parroquial del mes de Abril ya esta disponible en su apartado
UN ABRAZO EN JESÚS Y MARÍA
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