Mañana domingo 24 de Noviembre coincidiendo con la festividad de Cristo Rey y dando comienzo al tiempo de Adviento, también será la clausura de este año que el Santo Padre Benedicto XVI declaró AÑO DE LA FE, para ello nuestro Obispo D. Ramón del Hoyo López ha escrito siguiente Carta Pastoral:
CARTA PASTORAL PARA LA CLAUSURA
DEL AÑO DE LA FE
“Nuestra
vocación es de esperanza”
Queridos fieles
diocesanos:
1. Siguiendo
las indicaciones del Papa Benedicto XVI, estamos celebrando el Año de la Fe
desde el 11 de octubre de 2012. Concluirá el próximo 24 de noviembre Solemnidad
de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo.
A lo largo de
todo este año hemos tenido ocasión de reflexiones sobre las verdades contenidas
en el Credo, que tantas veces hemos recitado, y de renovar las promesas y
compromisos bautismales.
De una u otra
forma y en distintos momentos nos hemos acercado a la Carta ApostólicaPorta
fidei, “La Puerta de la fe”, de S. S. Benedicto XVI, que nos ha dejado como
herencia viva de su fecundo pontificado.
“Como la
samaritana, nos decía, también el hombre actual puede sentir de nuevo la
necesidad de acercarse al pozo para escuchar a Jesús, que invita a creer en él
y a extraer el agua viva que mana de su fuente (cf. Jn 4, 14). Debemos
descubrir de nuevo, el gusto de alimentarnos con la palabra de Dios,
transmitida fielmente por la Iglesia, y el Pan de vida, ofrecido como sustento
a todos los que son sus discípulos (cf. Jn 6, 51)”(PF, 3)
Creer en Jesucristo,
aseguraba también, es el camino para esperar, amar y salvarnos. Ponía también
en nuestras manos lostextos del Vaticano II en el cincuenta aniversario de su apertura y el Catecismo
de la Iglesia Católica, a los veinte años de su publicación.
Es momento de
evaluar a nivel personal y comunitario, nuestras respuestas durante este año de
gracia pero, sobre todo, de agradecer juntos al Señor, en la festividad de
Cristo Rey del Universo, las abundantes bendiciones y beneficios que ha
derramado sobre nosotros en esta Iglesia de Jaén, a lo largo de todo este año.
2. El
Papa Francisco, recibiendo el legado de Benedicto XVI, nos ha propuesto
también, en su primera Carta Encíclica Lumen fidei, “La Luz de la fe”,
que esta luz tan potente no viene de nosotros sino que nace del encuentro con
Dios vivo, que nos llama y nos revela su amor, un amor que nos precede y en el
que nos podemos apoyar para estar seguros y construir la vida” (LF,
4).
Insiste el
Santo Padre a lo largo de esta Carta, además de hacernos tomar conciencia de
que somos herederos de la fe de los Apóstoles, en que nos ha de servir de
estímulo para evangelizar y transmitirla a otros. No podemos
interrumpir la cadena de esta transmisión, guardando la luz debajo de la mesa,
sino mostrarla sin miedo, ni complejos, ante los demás.
La fe crece
dándola y este Año de la Fe continua abriéndonos a esperanzas nuevas. Allí
estábamos, adelantándonos, en el tiempo, cuando Jesús, después de la
resurrección encargó a sus discípulos para siempre: “Se me ha dado todo
poder en el cielo y en la tierra. Id pues y haced discípulos a todos los
pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo;
enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con
vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos”(Mt 28, 19-21).
3. Nuestra
vocación cristiana debe rezumar siempre esperanza, más en el “cambio de época”
por la que atravesamos. No es momento de “huir de Jerusalén” como los
discípulos de Emaús. Precisamente en este momento en que vivimos hace falta
cristianos y comunidades organizadas capaces de acompañar, de ir más allá del
lamento y de la escucha. Hoy los cristianos tenemos que salir de los templos y
ponernos en marcha con la gente, para escuchar y descifrar el porqué de su
huida de Jerusalén, de su Iglesia. Hemos de orar más que nunca y llenarnos de
la fuerza de la Palabra de Dios y del Pan de la Eucaristía, para, con Jesús y
en su nombre, poner nuevo color en sus corazones para que regresen a su
comunidad, porque en ella están las fuentes de que se alimenta su fe: La
Escritura, la presencia del Señor en la Eucaristía, los Sacramentos, la
Comunidad, su Madre…
“Maldito
quien confía en el hombre, escribe el Profeta Jeremías, y busca el apoyo de las
criaturas, apartando su corazón del Señor. Bendito quien confía en el Señor y
pone en Él su esperanza” (Jr 17, 5-7).
La Carta a
los Hebreos describe asimismo a la esperanza como ancla que mantiene firme
nuestra nave ante las tempestades. Debemos aferrarnos a ella desde nuestra fe,
porque “es como ancla del alma, segura y firme, que penetra más allá de
la cortina (el cielo), donde entró como precursor, por nosotros, Jesús, Sumo
Sacerdote” (Hb 6, 17-20).
4. Gracias
por tantas y tan ricas iniciativas, desde las Vicarías, Delegaciones y
Arciprestazgos, hasta cada una de las parroquias y comunidades, asociaciones y
movimientos. En su conjunto ha sido un año fecundo como para agradecérselo al
Señor.
Desde Vicario
Pastoral y la Delegación de Liturgia se enviarán los subsidios correspondientes
para que, en cada una de las Parroquias e Iglesias abiertas al culto público
comenzando por la Catedral, se ofrezca a los fieles la ocasión, en la medida de
lo posible, para renovar las promesas bautismales y profesar
el Credo, aparte de otras iniciativas posibles.
Con mi afecto
en el Señor.
+
Ramón del Hoyo López
Obispo
de Jaén
Aprovechamos ésta entrada para dar la apertura al tiempo de Adviento y cambiamos la imagen por una de María Inmaculada, también os informamos de que hemos abierto una página individual para la sección de HOJA PARROQUIAL y así sea más fácil localizarla.
UN ABRAZO EN JESÚS Y MARÍA
UN ABRAZO EN JESÚS Y MARÍA
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