Judas Tadeo fue, uno de los discípulos de Jesús de Nazaret, que formaba parte del
grupo de «los doce» apóstoles. El nombre «Judas» es una palabra hebrea que
significa alabanzas sean
dadas a Dios y el sobrenombre de «Tadeo», término proveniente del idioma arameo, significa el valiente, hombre de pecho robusto.
Junto con Simón el Cananeo (el cual también
celebra hoy su festividad), Judas Tadeo era uno de los apóstoles considerados
como más judaizantes dentro del grupo de “los Doce”. Según el evangelio de Juan, fue testigo privilegiado de la Última Cena, durante la cual tuvo una participación activa.
La escasez de datos sobre Judas Tadeo y algunas
identificaciones equívocas de su persona se vieron reflejadas en la variedad
iconográfica que lo caracteriza, se lo representó con una maza,
herramienta con la que según la tradición católica, sufrió martirio; también suele ser representado con un sable shamsir de origen persa, arma con la que se atribuye
su decapitación. También algunas de sus representaciones portan una imagen de
Jesús (a veces con forma de medallón) en el pecho, en recuerdo de la leyenda
según la cual este apóstol habría llevado un lienzo con la cara de Jesús a la corte del rey Abgar V de Edesa,
para sanarle. También se lo representa con una llama de fuego sobre su cabeza,
significando su presencia en Pentecostés.
Hoy en día, la tradición católica
lo venera como el santo de las causas difíciles y desesperadas. Su festividad
se celebra en la liturgia católica hoy 28 de octubre, aunque popularmente suele ser recordado el día
28 de cada mes.
ORACIÓN
Oh glorioso Apóstol San Judas
Tadeo, siervo fiel y amigo de Jesús, el nombre del traidor ha sido causa de que
fueses olvidado de muchos, pero la Iglesia te honra y te invoca como patrón de
las causas difíciles y desesperadas. Ruega por mí para que reciba yo los
consuelos y el socorro del cielo en todas mis necesidades, tribulaciones y
sufrimientos, particularmente (hágase
la petición), y para que
pueda yo bendecir a Dios en tu compañía y con los demás elegidos por toda la
eternidad. Yo te prometo, Apóstol bienaventurado, acordarme siempre de este
gran favor; jamás dejaré de honrarte como a mi especial y poderoso protector y
de hacer todo lo posible para propagar tu devoción. Así sea.
Glorioso Apóstol, San Judas
Tadeo, por amor a Jesús y a María, escucha mi oración y protege a mi familia, y
a cuantos con fervor te invocan.
UN ABRAZO EN JESÚS Y MARÍA
No hay comentarios:
Publicar un comentario