Como es sabido por todos los arjoneros, hoy día 1 de agosto nuestros vecinos de Escañuela celebran la festividad de su patrón, San Pedro Ad Vincula. Muchos son los lazos que unen nuestro pueblo con Escañuela y por eso desde nuestro blog hemos querido realizar esta entrada en honor al primer Papa de la Igleisa.
San Pedro ad
Vincula ("San Pedro encadenado") es una advocación de San
Pedro Apóstol, celebrada hoy, 1 de agosto, que se refiere a la escena narrada en Hechos
de los Apóstoles, capítulo 12 (la estancia de San Pedro
en la cárcel y su milagrosa liberación).
A continuación unos textos y
explicaciones de ese capítulo de “Los hechos de los Apóstoles:”
Propiamente hablando,
esta fiesta fue establecida con motivo de la dedicación de la basílica de San
Pedro en el Esquilino, donde se conservaban las cadenas (vincula) con que fue
aherrojado San Pedro durante su prisión romana en la cárcel Mamertina. Pero la
fiesta litúrgica, por curiosas circunstancias que después veremos, hace
resaltar el prendimiento y liberación del apóstol en Jerusalén, que San Lucas
nos ha transmitido en uno de los más bellos y pormenorizados episodios de su
libro Hechos de los Apóstoles.
"Por aquel tiempo
—comienza el capítulo 12 de los Hechos— el rey Herodes (este era Herodes
Agripa, el tercero de tal nombre, nieto de Herodes el Grande, que diera muerte
a los Inocentes) se apoderó de algunos de la Iglesia para atormentarles."
"Dio muerte por
la espada a Santiago, hermano de Juan, y, viendo que daba gusto con ello a los
judíos, llegó a prender también a Pedro, éste es puesto en la cárcel,
encargando de su custodia a cuatro piquetes de soldados, teniendo Herodes el
propósito de ofrecérselo al pueblo después de la Pascua. Pero la Iglesia oraba
incesantemente a Dios por él.
Después de la muerte
del diácono Esteban, ya algo lejana, pero que tan profundamente consternados
dejó a los fieles, se junta ahora la muerte de Santiago, y la prisión de Pedro,
que todo hacía presentir un fin trágico. Incapaz de tomar resoluciones más
expeditivas y heroicas, "la Iglesia oraba incesantemente a Dios por
él". Oración por el Papa prisionero, con el que Herodes había extremado
las precauciones, montando tan excepcional vigilancia para un solo hombre.
Y aquí viene el
contraste entre el sobresalto de la Iglesia y la paz de Pedro. Porque la noche
anterior al día en que Herodes pensaba entregar su prisionero al pueblo,
hallábase éste durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas y guardada
la puerta de la prisión con centinelas.
Queremos imaginarnos
que su sueño sería bien distinto del de Getsemaní, la víspera del prendimiento
del Señor, cuando le rendía el cansancio y la pena, no dejándole su
inconsciencia presentir lo que se avecinaba. Ahora, aunque sujeto con dos
cadenas que los soldados asían por los extremos, el santo apóstol duerme
sosegadamente, sin importarle la incomodidad de la prisión, dejando su porvenir
en las manos de Dios, ajeno al futuro, tan preñado de temores.
Y entonces se opera el milagro
"Un ángel del
Señor se presentó en el calabozo, que quedó iluminado, y, golpeando a Pedro en
el costado, le despertó, diciendo, "Levántate pronto"; y se cayeron
las cadenas de sus manos. El ángel añadió: "Cíñete tus vestidos y cálzate
tus sandalias". Hízolo así. Y agregó: "Envuélvete en tu manto y
sígueme". Y salió en pos de él. No sabía Pedro si era realidad lo que el
ángel hacía; más bien le parecía que fuese una visión. Atravesando la primera y
la segunda guardia llegaron a la puerta de hierro que conduce a la ciudad. La
puerta se les abrió por sí misma, y salieron y avanzaron por una calle,
desapareciendo después el ángel. Entonces Pedro, vuelto en sí, dijo:
"Ahora me doy cuenta de que realmente el Señor ha enviado su ángel, y me
ha arrancado de las manos de Herodes y de toda la expectación del pueblo
judío."
Es en la calle, al
encontrarse solo, cuando Pedro advierte con toda claridad que aquello no es un
sueño, sino el ángel del Señor que le ha libertado. ¿Qué hacer en tal caso?
¿Adónde dirigirse en tales horas? La noche estaba avanzada, y el día era
menester que le encontrase muy lejos de Jerusalén.
"Reflexionando,
se fue a casa de María, la madre de Juan, por sobrenombre Marcos, donde estaban
reunidos y orando. Golpeó la puerta del vestíbulo y salió una sierva llamada
Rode, que, luego que conoció la voz de Pedro, fuera de sí de alegría, sin abrir
la puerta corrió a anunciar que Pedro estaba en el vestíbulo. Ellos le dijeron:
"Estás loca". Insistía ella en que era así; y entonces dijeron:
"Será su ángel". Pedro seguía golpeando, y cuando le abrieron y le
conocieron quedaron estupefactos."
Del Príncipe de los
Apóstoles celebra la Iglesia varias festividades, la de su martirio (29 de
junio), las dos cátedras (18 de enero y 22 de febrero) y ésta de sus cadenas (1
de agosto).
Antífona en el oficio
litúrgico:
"Solue ivvente Deo
terrarum Petre catenas
qui facis,vt pateant
caelestia regna beatis".
"Desata, oh Pedro, por orden de Dios las cadenas de la
tierra, tú que abres los reinos celestiales a los bienaventurados."
UN ABRAZO EN JESÚS Y MARÍA
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