En este apretado mes de
celebraciones, mañana tendremos la del titular de una de nuestras parroquias, Festividad
de San Juan Bautista. La celebración será a las 20:30 h. como viene siendo
habitual en la Iglesia de Ntra. Sra. del Carmen y al finalizar la eucaristía
desde Su Iglesia (la de San Juan Bautista) se procederá a la procesión con el
Santo por el recorrido habitual. Al término
tendremos una verbena en la plaza de Juan Antonio León.
Un poco de historia sobre este
Santo, pariente de Jesús.
Hijo del sacerdote Zacarías y de su esposa Isabel, Juan el Bautista es considerado el precursor de Jesucristo.
Juan Bautista se definió a sí mismo como «voz que
clama en el desierto: "rectificad los caminos del Señor", con lo
cual cumplía expresamente una profecía de Isaías
Juan dudó de Jesucristo a pesar de haberlo reconocido
como el Cordero de Dios, pero estando en la cárcel envió mensajeros para
asegurarse de que Jesús era realmente el Mesías esperado, "Y al oír Juan, en la cárcel, los hechos de Cristo, le envió dos de sus
discípulos, para preguntarle: ¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos
a otro? Respondiendo Jesús, les dijo: Id, y haced saber a Juan las cosas que
oís y veis". Juan el Bautista es considerado por Jesús como el más
grande entre los hombres, aunque el más chico en el reino de los cielos es
mayor que él, "De cierto os digo: Entre los que nacen
de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el más
pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él".
Antes de la
muerte de Jesús (hacia el 30),
fue encarcelado y decapitado por orden de Herodes Antipas.
La Iglesia católica celebra su fiesta principal el 24 de junio (seis
meses antes de Navidad, ya que el Evangelio cuenta que su madre Isabel estaba
de seis meses cuando el ángel anunció a la prima de ésta, María, que sería
madre del Mesías). El 29 de agosto se
conmemora su decapitación (Degollación
de San Juan Bautista).
Evangelio según San Lucas 1,57-66.80.
Preguntaron
por señas al padre cómo quería que lo llamasen.
Zacarías
pidió una tablilla y escribió: «Su nombre es Juan», por lo que todos se
quedaron extrañados.
En ese
mismo instante se le soltó la lengua y comenzó a alabar a Dios.
Un
santo temor se apoderó del vecindario, y estos acontecimientos se comentaban
en toda la región montañosa de Judea. La
gente que lo oía quedaba pensativa y decía: «¿Qué va a ser este niño?» Porque
comprendían que la mano del Señor estaba con él.
A
medida que el niño iba creciendo, le vino la fuerza del Espíritu. Vivió en
lugares apartados hasta el día en que se manifestó a Israel.
UN ABRAZO EN JESÚS Y MARÍA
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